Cosmos lecturas: Confesiones de una máscara

✴️EL LIBRO DE LA SEMANA✴️
📚LIBRO ➡ Confesiones de una máscara
🧔♂️ AUTOR: Yukio Mishima
🏡 Editorial: New Directions Publishing
🗓 Fecha de publicación: 1949
🎤 Recomienda: Samuel Parra
La historia es hermosa. Puede incomodar a lectores no adeptos a las crisis de identidad y hasta incite al suicidio. Créanme esto, la vida es peor.
Nuestro protagonista se llama Kochan, te cuenta la historia de su vida desde dos perspectivas: el adulto que rememora las anécdotas y el niño que se convierte en adulto joven. Estas son las dos voces narrativas.
La trama se centra en las primeras décadas del Siglo 20 en Japón. Kochan nos detalla su experiencia de vida con puntos y comas. Su físico es enfermizo, no le disgusta vivir pero se encariña con la idea de apreciar la muerte como un suceso glorioso con el cual imagina escenarios donde él perece, dota de teatralidad sus descripciones y comparte con el lector su interés por buscarle cosas buenas a la existencia.
Ocurren varios debates de ideas que Kochan desglosa en las páginas. Primero, su preocupación por la vida adulta que le espera a partir del resultado que pueda depararle a Japón si se abre al mundo occidental, esto como escenario reinante en la Segunda Guerra Mundial. Segundo, la discordia que provoca provenir de una familia muy tradicionalista contra otras que se abren a nuevos estilos. Tercero, el “deber ser”, lo que la sociedad espera de él y lo que Kochan en realidad quiere.
Si nos vamos al título del libro, tenemos una descripción mucho más sencilla. Nuestro protagonista gusta de ponerse máscaras que lo ayuden a soportar el peso de vivir en la tierra (¿David Toscana?). Enfrenta crisis de identidad en la adolescencia, lo acosan dudas sobre su responsabilidad en la toma de decisiones en acontecimientos importantes y encara secuelas depresivas a las cuales se les esconde con estas máscaras.
¿Quieres una descripción más sencilla? Ok, va. Kochan es un adulto que narra su niñez alrededor de un secreto que oculta: él se reconoce diferente, le gustan los hombres pero cómo un niño puede tener esos pensamientos. Yukio Mishima hace gala (muletilla) de su destreza metafórica para decirte esto sin ser tan obvio. Te describe la escena donde Kochan observa una vereda que sube y baja, a lo lejos viene un joven ataviado con un pantalón azul ceñido al cuerpo, calza sandalias de cuero con madera, en la nuca lleva atravesada una rama fuerte de árbol de donde cuelgan dos baldes llenos de tierra que serán depositados en letrinas. Esa visión atrajo su atención. No fue si el joven era apuesto o musculoso, lo atrapó la miserable vida que el joven tenía, esa sensación de saberse sumido en las heces fecales de una rutina lánguida y fútil lo enganchó. Eso quería Kochan, un destino similar, representar aquella teatralidad.

Una segunda descripción de saberse diferente ocurre así. En ambas experiencias Kochan tiene 10 años a lo mucho. Viene un grupo de soldados marchando a paso veloz, nuestro protagonista se acerca para mirarlos mejor, quizá uno espere que te regalen un casquillo percutido a modo de trofeo que atesorarás en esa época donde los jóvenes podían ser llamados a la guerra. Kochan se acercó al grupo de soldados que marchaba porque quería oler los aromas del sudor que desprendían los milicos nipones.
El Kochan adulto le reclama a su pasado, es decir el niño, por qué no acepta que es diferente. Saben que es mal visto ser un invertido pero se divierte asumiendo el rol de un caballero viril que puede coquetear con una hermosa chica llamada Sunoko.
La idea de la muerte es muy recurrente, esto quizá agote al lector promedio y lo enfade pensando “Aaaah y por qué tengo que leer a un bato pinchi depresivo ‘tojo’ 🌈 a la ver”. Tienes que leerlo porque la soledad abraza a todos sin pensarlo nos arropa hasta ahogarnos en una depresión. Esto no es nada, con lo que vives a diario.
Kochan nos entrega un regalo: es la capacidad de decidir quiénes queremos ser y Yukio Mishima nos lo resume con su estilo literario: una mezcla de narrativa con tintes de monólogo y figuras retóricas como hipérboles, sinestesia y puntos de choque.
¿Quieres una descripción mucho más sencilla? Va, ok. Vas a conocer un cachito de Japón si no sueltas la mano de Kochán, un niño muy soñador, enérgico de ideas, que se sabe homosexual y se va a reclamar así mismo cuando sientan que se está enamorando de su amiga.
Esto es “Confesiones de una máscara”, autoría de Yukio Mishima, un talentoso escritor, alumno del Premio Nobel Yasunari Kawabata, ambos revolucionaron la literatura japonesa saltando entre el tradicionalismo y el modernismo. El alumno tenía ideas dogmáticas sobre la política de Japón, esto lo condujo a un penoso desenlace: el suicidio. Su maestro aconteció algo igual aunque dicen que lo mató una fuga de gas.
A Mishima lo conocí en el 2007 por recomendación de mi Editor, en la sección Local, cuando fuí reportero de periódico Noroeste. Sinceramente no entendí la lectura, yo era un lector tardío de narrativa y me perdía ese laberinto existencial. Ayer, que terminé de leerlo, abracé a Kochan muy fuerte porque en su momento jugué con la idea de la muerte en mi etapa de adulto joven al intentar suicidarme con dos atracones de comida.
Lean “Confesiones de una máscara”, nuestros problemas no son nada cuando dejamos que la ficción nos robe la atención por un momento.

Samuel Parra
Escritor, Ensayista y Promotor Cultural. Ha publicado ocho libros. Sus obras han sido premiadas en La India, Colombia, Perú, Chile y Estados Unidos. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Sinaloa, Master en Literatura Mexicana Contemporáneo por la Universidad Autónoma Metropolitana. Actualmente colabora con la Universidad de Tours, en Francia y la Universidad Humboldt de Berlín, en el área de investigación académico literaria. Forma parte del Sistema Nacional de Salas de Lectura, donde genera proyectos comunitarios para el esparcimiento de este hábito.
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